jueves, 17 de agosto de 2017

Atentados en las Ramblas

Hoy no haré ninguna entrada de FB, intentando no colaborar a tanto ruido. Era previsible algo similar a lo que ha pasado esta tarde en Barcelona, pero duele.

sábado, 12 de agosto de 2017

Patio interior manzana Centro Esther Koplowitz


Otro patio interior de manzana del Eixample de Barcelona, éste abierto ya hará un par de años. Está detrás del Centro Esther Koplowitz de Investiagación Biomédica, en la calle Rosselló, junto a la entrada principal del Hospital Clínic. Tapando un parking (que es lo que había originalmente en el solar), lo que predomina en él son los aparatos para mantenerse en forma la chiquillería y hasta gente "más granada", que se dice en catalán.


 

La plaza interior a donde da el Instituto Confucio

Hace un par de años, cuando me adentré en el pasaje que hay en la calle Elisabets junto a La Central, atraído por su carácter rural, para ver a dónde me conducía, me echaron de ahí. Recibí además una buena bronca. Debieron pensar que era uno de esos típicos tíos que se colocan en la salida de los colegios para ofrecer caramelos trufados de droga a los niños.
Anteayer, en cambio, vi que un cartel de Parques y Jardines del ayuntamiento te invitaba a entrar, dentro de un determinado horario. Sin ningún niño filipino ni de ninguna procedencia, sin saber si han sacado o no el colegio de ahí, porque en agosto es natural que no se vean, el caso es que, con entrada también por la calle Montalegre, junto a la Facultad de Geografía e Historia, puedes ahora entrar a un desangelado rectángulo de tierra, con una serie de equidistantes alcorques que protegen a unos cuantos naranjos y con una fuente central.
Con en su extremo la iglesia vacía, en espera de destino, rodeada de instituciones curiosas (como el Instituto Confucio chino), ya tenemos acceso a un patio interior de manzana más.


Al fondo, bajo la iglesia, otra entrada.


No es que se trate de edificios de gran belleza, precisamente, teniendo el conjunto aspecto de antigua prisión, como muchos conventos.


Mirando desde un extremo hacia la fuente central.

La escalera que llevaba a la iglesia.

Un detalle de la escalera. De repente parece que hayamos ido a Galicia.

Las puertas restauradas corresponden al Instituto Confucio.
 

jueves, 10 de agosto de 2017

Piera en c/ Fortuny


La exposición de Paula Rego, pese a todo, debe despertar ciertos instintos gremiales, porque poco después estábamos en una de las tiendas Piera de Barcelona. Aún sin practicar absolutamente nada relacionado con las Bellas Artes, la visita es una auténtica gozada.



Causan una verdadera atracción, pero aún rebajadas, me parece una verdadera pasada el precio de las cajas de lápices de colores.

La sala de exposiciones del piso superior de la tienda.

Visión desde la sala de exposiciones.

Me dicen que los Rembrandt son buenos, pero no así los Van Gogh

Él área de papeles. El ser un aficionado que practica, por el ejemplo, el dibujo, o la caligrafía china, debe ser prohibitivo. Cada lámina de papel te cuesta un par de euros...


 

miércoles, 9 de agosto de 2017

Solingen

Fue el lunes. Llevamos el estuche con nosotros, y fuimos a probar: "Compré aquí esto, y me dijeron que tenia una garantía eterna...", comenté al chico del mostrador tan pronto como se desembarazó de un turista.
Se llevó sin chistar la pieza en cuestión (que debo confesar que se había desajustado porque le dimos un mal uso) un momento a la trastienda, y al cabo de unos minutos (que aproveché para hacer fotos) ya la tenía en orden. Salió también la señora para darnos explicaciones de por qué había podido fallar, y nos saludamos todos la mar de contentos, hasta la próxima ocasión.
Me da que con una compra en Amazon la gestión -que seguramente nunca habríamos intentado- no habría sido tan agradable. Este tipo de cosas son las que estamos haciendo nosotros mismos que desaparezcan, buscando sólo el precio universal inferior. En esta ocasión yo hasta habría pagado gustosamente por estar en la tienda, observando todo un poco, oyendo los consejos de la responsable, etc.







 

Baviera


No hay que asustarse, porque la foto quedará preservada. Fulanit Wasylyk hará simular a su adorable y teñida mujer que bebe agua (bien clorada, de la cañería) de la histórica fuente de Canaletas, y de fondo, en su fotografía, aparecerá ese mismo edificio, con la ventaja de que lucirá bien limpio, como nuevo.
Pasando por el edificio del antiguo Baviera y su vecino, si miras por casualidad sus últimos pisos quedas recompensado por esa curiosa visión del cielo a través de sus balcones. Lo han vuelto a hacer, en esta ocasión sus mismos propietarios, porque no han cambiado de dueño. Han vaciado los edificios por dentro, preservan al parecer algún elemento, como esas tribunas del principal (no sé si porque están obligados o porque dan empaque), y construyen una nueva estructura, que cobijará a un nuevo hotel.
Lo que no acabo de tener claro es qué trato tienen con ese local tan tradicional que también alberga el edificio de la derecha, el Aromas de Istanbul, y cómo harán para que siga abierto durante las obras


 

martes, 8 de agosto de 2017

Palau


Pasamos ayer por Pelayo, buscando unas tiendas de cámaras de fotos, que se ve que ya habían cerrado. Llegando a Palau, el sitio del Scalextric y los trenes miniaturas, nos sorprendimos de que siguiera existiendo, hasta que al acercarnos vimos que no era bien bien lo mismo.
 

Olivetti


Hasta ayer, en que pasé por ahí, no pude fijarme en lo que habían hecho con el antiguo (y sin embargo moderno) edificio de la Olivetti de La Ronda Universitat. Viendo únicamente la fachada, la reforma puede parecer ligera y, sin embargo, la sensación que se tiene al verlo de empobrecimiento, de haber sido objeto de una zafia vulgarización, es enorme.
Aquí, enlace al artículo que publicó al respecto Xavier Monteys en El País, como siempre de lo más pertinente, haciéndose las preguntas que tocan.


 

jueves, 3 de agosto de 2017

Mural de Miró en el aeropuerto


No creo que ese tío que estaba ahí la otra noche, sentado en la barra colocada para que una maleta no dé involuntariamente un viaje a algún mosaico, haya quedado citado "debajo del gran mural de Miró y Llorenç Artigas" con alguien, porque pese a la cantidad de gente que pasa por ahí, diría que aún hoy pasa bastante desapercibido, y hasta es un gran desconocido. Posiblemente los grupos de turistas low cost (especialidad actual de la terminal) aún no han empezado su trabajo cuando tendrían oportunidad de verlo. Deben estar en su autocar, excitados por la estancia de sol, Ramblas, sangría y jarana que esperan realizar, o recibiendo la bienvenida de su guía, ocupado con marcar las características logísticas y reglas generales de comportamiento durante el viaje, mientras que los que van por libre ya tienen bastante con la búsqueda de transporte hasta la ciudad de sus sueños.
Joan Gardy Artigas, hijo del ceramista y con el que Miró ya haría sus murales posteriores, porque Llorenç Artigas ya no hizo ninguno más, nos explicaba a Martí Rom y a mí, en una monografía (libro y documental) que hicimos sobre él, que "en este mural tuvimos que hacer la hornada de más duración, unas treinta y cinco horas para poder cocer un "blanco-negro". Hubo que hacer 464 hornadas para las 4.865 piezas que lo constituyen. Como era una obra muy grande, nos vimos obligados a hacerla a trozos, porque no cabía toda en el taller. Miró hizo una maqueta muy precisa. Él sólo pintó directamente la estrella."

 

La rambla del Raval

La rambla del Raval, el viernes por la tarde